Sagrado Corazón de Jesús

 

Rendido a tus pies, ¡oh Jesús mío!,

considerando las inefables

muestras de amor

que me has dado

y las sublimes lecciones

que me enseña de continuo

tu adorable Corazón,

te pido humildemente

la gracia de conocerte,

amarte y servirte como fiel

discípulo tuyo

para hacerme digno de las

mercedes y bendiciones

que generoso concedes a los

que de veras te conocen,

aman y sirven.

¡Mira que soy muy pobre,

dulcísimo Jesús, y necesito

de ti como el mendigo de la limosna!

¡Mira que soy muy rudo,

soberano Maestro, y necesito

de tus divinas enseñanzas,

para luz y guía de mi ignorancia!

¡Mira que soy muy débil y

caigo a cada paso,

poderoso amparo de los frágiles,

y necesito apoyarme en ti

para no desfallecer!

Sé todo para mí, Sagrado Corazón;

socorro de mi miseria,

lumbre de mis ojos, báculo

de mis pasos, remedio de

mis males, auxilio en toda necesidad.

De ti lo espera todo mi

pobre corazón. Tú lo

alentaste y convidaste,

cuando con tan tiernos

acentos dijiste repetidas

veces en el Evangelio:

“Vengan a mí, aprendan de

mí, pidan, llamen…”. A las

puertas de tu Corazón

vengo, pues hoy, y llamo y

pido y espero. Del mío te

hago, ¡oh Señor!, firme,

formal y decidida entrega.

Tómalo tú, y dame a cambio

lo que sabes me ha de hacer

bueno en la tierra y dichoso

en la eternidad.

Amén

Scroll al inicio